Esta es una nota acerca de un costado poco conocido acerca de la violencia de género, quienes asistimos a víctimas, nos encontramos, de manera muy frecuente, ante el obstáculo de los funcionarios policiales que trabajan en las comisarías de la Mujer, el menor y la familia...
He aquí una de ellas...
El martes 23/11, vez acompañé a la comisaria de la Mujer de San Justo, en este caso, a una menor de 17años, víctima de violencia verbal y psicológica.
Como en casi todos los casos en los que me ha tocado participar, fuimos recibidos por el primer filtro policial, un masculino que nos preguntó el motivo por el que nos hacíamos presentes en la delegación (?), al indicarle la naturaleza de la "VISITA" y luego de unos 10 minutos nos derivó al segundo filtro, un personal femenino que hizo un interesante trabajo intentando disuadirnos de realizar la denuncia mediante diferentes argumentos.
La mujer policía, como es costumbre, desconoció el protocolo de atención a las víctimas de violencia, nos pidió información detallada acerca del motivo de la denuncia, si teníamos los datos del victimario y mas preguntas que no le corresponde hacer como funcionario público. Esa serie de preguntas intimida a la víctima, la averguenza y la expone ante desconocidos.
Su función no es esa, lo único que consiguen con esa actitud es demorar el trámite administrativo y por consiguiente generar dudas en la víctima que al fin se decidió a denunciar.
Al notar la funcionaria que conocíamos el procedimiento, superamos el seguno filtro femenino, se retiró otros 5 o 10 minutos y se hizo presente la responsable de tomar la denuncia con la frase usual para quienes estamos familiarizados en la violencia de género, "Con esa información no te puedo tomar la denuncia, donde está el delito?"
Puse al corriente a la funcionaria policial de su deber de tomar la denuncia y que la prueba sería entregada al juzgado en el cual recaiga el expediente y ellos se encargarian de valorar, estimar o desestimar la denuncia en base a la prueba aportada por la víctima, ya que son expedientes reservados, luego de algunas charlas con su subalterna y algunos gestos pidió los formularios para completar la denuncia.
Llegamos a la comisaría de la Mujer a la hora 21:10 y salimos con el comprobante administrativo en mano a las 23:07.....Fueron 2 horas en las cuales la víctima se preguntó si era lo mejor o la denuncia iba a empeorar su modo de vida y su entorno, 2 horas en las que se llenó de temor y dudas.
Me pregunto si los funcionarios policiales tienen una directiva que impone límites a la cantidad de denuncias que pueden ser tomadas por día o si es voluntad propia el no darle entidad a quien, sufriendo, se acerca a denunciar la situación desesperante que transita?
La actitud machista y beligerante de cada uno de los uniformados femeninos es increíble y pone en agenda que el machismo no es propiedad exclusiva de los varones.
Cada día, cuando leo los mensajes de mis compañeros, o abro internet y repaso los medios zonales que, en definitiva, son quienes mejor informan los casos de violencia de género, no me alcanza el tiempo para ver la cantidad de hechos que se dan a diario.Decenas, centenas me atrevería a decir sin temor a equivocarme.
Policías sin entrenamiento adecuado atendiendo casos tan sensibles, no son capaces de generar empatía hacia la víctima, ante esas condiciones, sólo podemos esperar un resultado, el crecimiento exponencial de los casos de violencia de género y los femicidios. Venimos pidiendo el entrenamiento de los uniformados a cargo de las Comisarías de la mujer, el menor y la familia hace años, la presencia de una psicóloga y una asistente social full time en la delegaciones, pero parece un pedido extraordinario.
Se que hay gente que dedica horas y horas a la asistencia a la víctima, que tiene el celular las 24 hs encendido, que participan Ad Honorem de gabinetes multidisciplinarios para orientar y asistir a las victimas, pero si el primer escalón, el de la denuncia, está resbaloso, tan resbaloso para dar el primer paso, todo es mas complicado.
Nos leemos.
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